“He
hecho una elección maravillosa. Siendo que los pájaros son muchos más
que los mamíferos, con seguridad estaré en el bando ganador”.
Pero no
era tan fácil derrotar a los mamíferos. Aunque eran menos tenían
dientes y garras afilados y eran mucho más grandes que los pájaros.
Para empeorar las cosas, el murciélago se despertó y había mucho viento.
El viento hacía que fuera difícil para los pájaros controlar sus ataques.
Pronto era evidente que los mamíferos habían ganado la batalla de ese día.