Caperucita Roja

"¡Pero, abuelita!  ¡Qué orejas tan grandes tienes!", dijo Caperucita a la vez que se acercaba a la cama.

"¡Son para escucharte mejor, cariño!" contestó el lobo.

"¡Pero, abuela!  ¡Qué ojos tan grandes tienes!" dijo Caperucita Roja.

"Son para verte mejor, cariño", contestó el lobo.

"¡Pero abuela!  ¡Qué dientes tan grandes tienes!" Dijo caperucita con voz temblorosa.

"¡Son para comerte mejor, cariño!" rugió el lobo y saltó de la cama y comenzó a perseguir a la niña.


 

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