Caperucita Roja

Casi demasiado tarde, Caperucita se dio cuenta de que la persona que estaba en la cama no era su abuela, sino el lobo feroz.

Caperucita corrió a través de la habitación hacia la puerta gritando lo más fuerte que pudo "¡ayuda! ¡El lobo!".

Un leñador que estaba cerca cortando troncos la escuchó llorar y corrió hacia la cabaña tan rápido como pudo.

Agarró al lobo y lo obligó a escupir la pobre abuela que estaba un poco agotada por toda esa experiencia, pero aun estaba de una sola pieza.
 


 

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