"¿En serio?" dijo Jack, "y ¿estás bien seguro de que son mágicos?"

frijoles"¡Claro que lo estoy! Y si no resulta ser verdad puedes volver a llevarte tu vaca."

"Suena justo," dijo Jack.  Mientras le entregaba el cabestro de Bessy, puso los fríjoles en su bolsillo y se dirigió a su casa para mostrarle a su madre.

"¿Regresaste tan pronto, Jack?" preguntó su madre; "veo que no tienes a la vieja Bess – la vendiste tan rápido.  ¿Cuánto te dieron por ella?"

la madreJack sonrió y puso la mano en su bolsillo, "solo mira estos fríjoles, madre; son mágicos, siémbralos por la noche y----"

"¡Qué!" gritó la madre de Jack. "¡Oh, chico tonto! Cómo pudiste regalar nuestra vaca lechera por tres míseros fríjoles.” Y luego hizo la peor cosa que Jack la había visto hacer – estalló en llanto.

Jack subió corriendo las escaleras hacia su pequeña habitación en el ático, estaba tan triste, y lanzó los fríjoles con furia a través de la ventana pensando, “Cómo pude haber sido tan tonto – he roto el corazón de mi madre.” Después de dar muchas vueltas en la cama, Jack finalmente se quedó dormido.

 

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