
La anciana invitó a Hansel y a Gretel a que entraran a su casa.
"¡Aquí hay más dulces! ¡Dulces frescos, mis adorados!" los llamó, señalando el interior de su casa.
Hansel entró corriendo inmediatamente a la casa de dulce, a pesar de las protestas precavidas de Gretel. Después de un rato en que ella esperaba afuera, la anciana sacó su cabeza de dientes afilados y llamó a Gretel:
"Pasa, pasa… ¡cielos, eres muy hermosa!"
Al decir esto, finalmente Gretel entró a la casa e inmediatamente oyó la puerta de galleta de jengibre que se cerró de un golpe tras de ella. Miró a su alrededor y notó que todo el interior de la casa de dulce estaba hecho de acero sólido. Había dentro de la casa bolsas y bolsas de monedas de oro brillante.
Gretel giro su cabeza y vio que Hansel estaba encerrado en una jaula ¡colgado directamente encima de una olla de agua hirviendo! Esta no era para nada una mujer… ¡era una BRUJA!