
El cortador de bambú se acercó a la mariposa y encontró una pequeña hija de la luna acunado entre los tallos de bambú.
“¡Mi hija! ¿De dónde has venido?” gritó el hombre, lleno de júbilo.
“He venido de la Señora Luna. Ella es mi madre verdadera, pero vio la tristeza de tu esposa y me envió a calmar su noble corazón. Soy la princesa Rayo de Luna” contestó la niña.
El hombre, aun lleno de todo el júbilo del mundo, tomó la niña acunada y emprendió su viaje a casa. La mariposa azul y negra revoloteó tras él; había disfrutado mucho la compañía del cortador de bambú.
Cuando llegó a casa, su esposa lo saludó. En el instante en que vio a la niña comenzó a gritar de felicidad. La hija de la luna con seguridad había calmado el noble corazón de la mujer.