
El leñador y su esposa no lo sabían, pero los niños, Hansel y Gretel, habían oído toda la conversación.
“Nuestra madre ya no nos quiere tener” lloró Gretel.
“Shh… ¡Gretel! Nuestro padre no le permitirá deshacerse de nosotros” contestó Hansel, tratando de calmar a Gretel.
“Oh, pero ¿qué podrá hacer nuestro padre cuando nos quedemos a solas con nuestra perturbada madre?” preguntó Gretel.
“Yo te protegeré” contestó él.
Hansel era muy listo. Sus planes de acción siempre eran calculados y eficientes. Al día siguiente, antes de que los mandaran a comenzar con los quehaceres de la casa, Hansel corrió media milla hasta el lago y recolectó docenas de piedras.
Cuando regresó a casa, Hansel pudo ver que su madre y su hermana estaban empacando para lo que parecía un paseo normal al bosque, pero Hansel sabía que esta vez su madre tenía planes diferentes para ellos.