
“¿Dónde? ¡No veo ninguna ardilla! ¡No veo ningún baile!” exclamó su madre, quien ahora estaba confundida y distraída, dándole tiempo a Hansel para alcanzarlas. “Oh, apresúrate...sólo tenemos que andar un poco más” refunfuñó su madre.
“¿A dónde vamos, madre?” Preguntó Hansel. Al no oír respuesta alguna, las peores pesadillas de los niños se confirmaron. Su madre iba a dejarlos en el bosque.
Hansel dejó caer otra piedra.
Viajaron un rato y Hansel dejaba caer piedras de vez en cuando, hasta que llegaron a un pequeño claro en el bosque. La madre perturbada ordenó a Hansel y Gretel que se sentaran en un tronco muerto.
“Voy a recolectar madera. Quédense aquí y vendré pronto por ustedes” dijo mintiendo.
Los niños se quedaron sentados de mala gana. Esperaron, y esperaron, y esperaron…pero su madre nunca regresó por ellos.