
“Yo te protegeré” contestó él levantándose del tronco muerto. Tomó la mano de Gretel y ambos siguieron su camino de piedras...estas brillaban a la luz de la luna.
Hansel y Gretel finalmente regresaron a casa al despuntar el día, sin embargo, estaban tan cansados que ambos quedaron dormidos inmediatamente frente a la puerta de la cabaña.
Despertaron en sus camas con el ruido de la discusión entre el leñador y su esposa.
“¿Cómo pudiste dejar a nuestros amados hijos solos en el bosque?” escucharon que su padre preguntó con tristeza.
“Todos… ¡todos moriremos de hambre si se quedan aquí! Hay demasiadas bocas y NO hay suficiente comida. Es la única forma… la única forma…” contestó.
Ahora Hansel y Gretel sabían con certeza que su buena suerte se había acabado.